¡A las buenas tardes-tardes, para todos-todas!.
Paso a contaros lo acontecido por Castilla los días 16 y 17 del mes de octubre del año dos mil y diez de Nuestro Señor; días estos en los que se celebró la “II Ruta Off-Road del vino”.

En esta ocasión, servidora acudió sola después de contar con unos y con otros y todo el mundo tener algo mejor que hacer. ¡Pues vosotros os lo habéis perdido, m*ricas!.
En una hora y poco (muy poco, lo juro) me coloqué en Matallana volviendo, una vez mas, a desintegrar la rueda jockey del carro debido yo creo a las velocidades ilegales que acostumbro a llevar.
Así que nada mas llegar, bajé la moto y tomé aposento en espera de la llegada de los del norte peninsular.

Llegaron los bravos et fieros caballeros del norte. Besos, abrazos, saludos a los que no conocía, descarga de motos, subida de enseres a nuestros aposentos, cena fría y tal y como viene siendo tradición en este tipo de eventos, ¡una moto venía pinchada!.
En este caso le tocó la china a la moto del Gran Cali, por lo que comenzamos en finde de la mejor manera que se puede hacer: reparando el pinchazo, risas, “caralladas” creo que le decís por ahí arriba, manos llenas de grasa, uno currando y quince mirando, cigarros varios, mas risas, etc.
Fíjense vuestras mercedes en el caballete improvisado sobre el remolque de Suria.


Hubo suerte y, aunque parezca mentira, no machamos la cámara al meter la cubierta; por lo que una vez arreglado el pinchazo, un briefing y ¡¡¡barra libre con juegos varios!!!.
Digno de ver era moverse al ritmo de “pajaritos” y “bombaaaaaaa” a veinte nabos, o pasar una pelota con una cuchara en la boca a otra en la de tu compi.



VIDEOhttp://www.youtube.com/watch?v=jjDdkiHJ ... feature=BFA menos cuarto (cero-cero) nos metimos en la cama sin sed ninguna, ¡lo juro!.
Y por la mañana, también a menos cuarto (igualmente, cero-cero), ya estábamos en movimiento, pudiendo comprobar al ir al coche a buscar tabaco, que esta noche el grajo ha volado bajo.
Nota del autor: cuando el grajo vuela bajo, ¡hace un frio del carajo!.

Todo un detalle, de buena gente sin duda, el obsequio que nos hizo mi paisano Senen, con una pegata conmemorativa del evento para adornar nuestras monturas.

Y después de desayunar, plantar un pino, echar unos cigarros mañaneros y algún pedo traicionero, hicimos la foto de familia del grupo participante en la “II Ruta Off-Road del vino”.






Un par de ellos apuntando con la cámara, momento este que aprovecho para fotografiar la maquina del Boss.


Y en perfecta sincronización y utilizando el sistema de relevos que tan bien funciona cuando se trata de guiar rebaños grandes, nos pusimos en movimiento por estas tierras planas y secas de Castilla, con una helada de 00 (¡mucha helada, vamos!).











Rodando y rodando, el sistema de relevos funcionando a la perfección, nos encaminamos hasta bodegas Sinforiano donde nos deleitaron con unos pinchos, degustación de vinos y visita a la misma.
Igualmente aprovechamos para meter aire a la rueda delantera de la XR de Curro, a pesar de tenérsela su hermano (Vega) totalmente revisada. Para tales menesteres, utilizamos un compresor conectado a la toma de 12 v del quad de Alex. Personaje este del que ya hablaré mas adelante.
Casi me muero de la risa cuando al quitar el tapón de la válvula, compruebo que lo tiene puesto en el tornillo del papillon del freno de cubierta; lugar este donde yo (repito, ¡yo!) se lo puse en la ruta del año pasado.




Seguimos rodando, a continuación por unos tramos con un senderito estrecho e inclinado muy guapo y otros tramos de pistas sin mas dificultad que la de ir pendiente de tus compis para molestarlos lo menos posible con el polvo.
Nota del autor: polvo, dícese de las partículas de tierra suspendidas en el aire.









Maese Ángel, contribuyendo a paliar la sequía que padecemos por Castilla en una parada cigarrera. Ángel, camineeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee!!!!!!!!!!!!!!!!.

Seguimos rodando con nuestras monturas por tierras de Castilla, teniendo que variar la ruta debido a la presencia de una monteria, con detalles todo-terreneros de los de verdad: colaborando en los relevos, todos pendientes del resto, sin cosas ni movidas raras, ¡j*der que gozada, tu!.





Y llegamos a una gasolinera a repostar pudiendo comprobar como la moto de Rojo (creo) estaba pinchada de atràs.
Nada que no se solucione con la colaboración de todos para reparar con un parche y algo de paciencia.
Mas caminos y pistas en dirección al museo del vino, en Peñafiel. A pesar de estar el terreno seco y abundar el polvo, la marcha se hace confortable con esta compañía.



El Bravo Cuneta inmortalizado en movimiento, de espaldas, con el castillo en lontananza.

Por cierto, en dicho pueblo se nos metió en el grupo un capullo con un quad haciendo caballitos.
¡Tiene c*Jones!, pensaba el que esto os cuenta mientras recordaba aquel famoso refranillo de: “cada día que amanece, el numero de tontos crece”.
Te puedes pasar toda una mañana respetando a todo quisqui, comportándote como normalmente y mejor sabes, haciendo tropecientos kilómetros y llega un capullo de estos y en diez segundos te tira todo por los suelos, haciendo que (de cara al personal) quedemos los de las motos que aquel día visitaron el pueblo, como unos macas de c*jones.
Ahora, sentado en el sofá, pienso que podríamos haberlo parado y darle unas yoyas entre todos.
En fin, sigamos con lo nuestro.
Llegamos a visitar el castillo donde tienen el museo del vino.
Así lo hicimos, disfrutando del mismo y un vinito especial, sabiamente explicado por el bueno de Vega al mismo tiempo que entregábamos a su responsable, una camiseta del evento.





Y nos encaminamos al asador a comer cosas típicas de estas tierras: sopa castellana (mas castellana que sopa debido a nuestra tardanza) y lechazo al horno tradicional.




Otro “momentazo” fue el acoso al que sometimos a Suria con preguntas de todo tipo de índole profesional.
A día de hoy no me explico como se puede tener tanta paciencia y no nos mandó a tomarporc*lo a todos.

A de almena y B de berenjena. O lo que es lo mismo: el sabio Angel perfecta pose y bonito lienzo, con el castillo de fondo y subido en una bella montura a pesar de ser 4 tiempos.

En esta siguiente, puedo prometer y prometo que vi al Gran Vega haciendo la croqueta (o lo que es lo mismo, ¡por los suelos!) medio segundo antes de disparar la foto.

Seguimos moteando y seguimos cabalgando por los campos de Castilla con el lechazo dando botes en el bandullo y en perfecta armonía.











Otro repostaje, no me preguntéis donde, y esta vez sin tener que utilizar el compresor y los desmontables.

No todo eran pistas anchas, también hubo tramos de senderos, todos en fila para practicar ese tipo de todo-terreno que tanto nos gusta a algunos: el lento y empinao, ¡has acertado!.
Concretamente, en este trozo, se vivieron MOMENTAZOS INTENSOS (con mayúsculas, oiga).
Una subidita que algunos consiguieron coronar sin percances y otros con mas o menos fortuna.






Camineeeeeeeeeeeeeeeeee!!!!!!!!!!!!, gritaba una y otra vez el c*bron del fotógrafo cada vez que le sobrevenía un “allavoy” al personal.




Y con el sol escondiéndose rápidamente por el oeste, nos metimos en otro tramo de pinar, con arena de esa tipo playa, donde el ritmo se avivó bastante.
En mi memoria quedará grabado para siempre un rato que conseguí seguir la rueda de Cuneta dando gasssssssss como un poseso hasta que me “acongojè” y volví al ritmo “trote cochineropisahormigas” o, lo que es lo mismo: ritmo mío.


Y se nos echó la noche encima, y seguimos rodando por esos campos de Dios.
Otro MOMENTAZO (también con mayúsculas) es hacerlo en paralelo, con un buen compañero para multiplicar por dos la luz de nuestros focos y conseguir de esta forma ver mejor el camino. ¡Un placer hacerlo con Vos, maese Motevo!.


VIDEOhttp://www.youtube.com/watch?v=pI7kpKQo ... feature=BFCruce de un puente de vía férrea en desuso, sobre un río, con algunas traviesas rotas y en el que si lo llegamos a hacer con luz de día, mecagolapataabajo.



Y digno de ver fue el observar al Bravo Alex con su ATV, con precisión milimétrica y las ruedas de un lado por la chapa metálica y las otras por el hierro de la vía, conseguir pasar por el mismo.

Digno de ver debió ser el observar a Cananas irse al suelo en un semáforo al cruzar Valladolid, cuando estábamos parados esperando al verde, y me giré para hacer una foto. Creo que los del coche de al lado todavía se están desc*jonando.

Completamente a oscuras, seguimos rodando también en perfecta armonía, de dos en dos, separados de la pareja que va delante para evitar en lo posible el polvo, relevándose en los cruces y algunos con iluminación extra en el casco, en busca del lugar elegido para la cena.



Todo ibérico y a la piedra, en buena compañía y con buena charla de aventuras pasadas y otras venideras acompañados como no podía ser de otra forma con semejante compañía de muchas risas.


¿Risas, has dicho risas?, casi me da algo cuando giro la cabeza y veo a la camarera de mi derecha agacharse y aparecer, allá donde la espalda pierde su honesto nombre, uno de esos llamados vulgarmente “tirachinas”.
No pude por menos que compartir con mis acompañantes semejante visión al mismo tiempo que dejaba la cámara preparada para inmortalizar semejante ESPECTA-CULO.
Con todos ustedes, ¡tatachin, tatachan, el famoso tanga en buyate angosto!.

Y con los estómagos nuevamente repletos, nos volvimos a poner de nuevo en movimiento hacia el lugar de donde salimos esta mañana.




Allí llegamos, creo recordar que sobre las 2’30 de la madrugada, después de 17 horas con las botas puestas y con 258 kilómetros en el marcador.
Como quiera que estaba la puerta principal cerrada y no podíamos acceder al cobijo bajo techo que teníamos para las motos, tuvimos que entrar por la trasera y en el jardín de atrás ponerlas a cubierto de la helada bajo los árboles.
Alguno optó por subir por las escaleras para, previo paso por un par de puertas, acceder al cobijo citado.
Querido Vicente, dos puntos, no vuelvas a decir a Cananas aquello de: no tienes huevos de … … … …. … … … . Y que conste en acta, señor juez, que pedí permiso a Vega antes de acometer tal acción.








Con las motos acomodadas, ducha de rigor y algunos todavía nos bajamos a tomar unas mirindas, zarzaparrillas, menta-poleos y consumiciones varias. Otros optaron directamente por la cama.
Creo recordar que hasta las 4’30 (también cero-cero), aguantó mi cuerpo con el “ponnosydanos”, entre buena compañía y animada charla.


Me fui a la cama sin sed ninguna, ¡lo juro!
Dormí nuevamente como un lirón, ¡lo juro también!.
Volví a conectar el akrapovich, ¡esto lo jura Rojo, que dormía debajo de mi!.
Y nuevamente a menos cuarto cero-cero estábamos desayunando, y poniéndonos nuevamente en movimiento.
Bonito lienzo del Sabio Suriajose, probando el barro castellano, en el único charco que había creo que en 100 kilómetros a la redonda.

Y mas gente cruzando, la mayoría escapando del barro como si fuese a morder.


Seguimos por mas tierras castellanas, planas y anchas donde me dedico a tirar unas fotos en marcha al personal en busca de otra gasolinera para repostar.



Y nos condujo nuestro ANFITRION (con mayúsculas también, oiga) a una subidita que habían comentado como “técnica”, o hijap*ta, ¡como quieras llamarla.
Dignas de ver son esas caras de los Galegos cuando tienen ante su vista una subida de esas.
Es como cuando a los perros les pones delante un chuleton: se les llena los ojos de sangre, arrojan babas por la comisura de los labios y tienes que tirarles del collar para atrás para que se estén quietos.
Motevo fue el primero que lo intentó, quedando casi arriba. Acto seguido me metì yo por la derecha con el mismo resultado, por lo que tras ayudarme Motevo a levantar la moto nos volvimos para abajo.
Al final, al segundo intento p’arribaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!.
Y una vez arriba desenfundé la cámara para tirar unas fotos.

Esta para que la pongas de fondo de escritorio, mi amol.

Al final, creo recordar que conseguimos coronar Motevo, Cuneta (a fuegoooo!!!!!), Angelito, un chaval de VA y servidora.
Y como quiera que nos empezasen a meter prisa desde abajo al tratarse de zona comanche, tuvimos que bajar rápidamente y marchar de allí.



Que conste en acta también, señor juez, que Carma solo subió la mitad y encima ¡andando!. Lo que me hace corroborar mis pensamientos de que los de Suzuki son algo “blanditos”.

Otro tramo de varios kilómetros de sendero estrecho que transcurría por lo que en su día debió de ser el trazado de una vía ferrera.










Otro rato fui paralelo a Carma, disfrutando del espectáculo de jacos con el que me deleitó.

Para rodar acto seguido y durante bastante rato por otros sitios mas lentos con las silvas y maleza arañando la camiseta.









Cuneta arengando al personal antes de subir la Derbi Senda que también participaba en la ruta. No recuerdo tu nombre, pero ¡ole tus 00, chaval, por haber hecho la ruta con esa maquina!.


Y mas kilómetros de senderos por las vaguadas, donde practicar ese todo-terreno que tanto nos gusta a algunos: el lentooooooooooooooooo!!!!!!!!!!!!!!!.








Digno de ver era el observar al Bravo Alex y su maquina de cuatro ruedas, pasando por donde malamente lo hacíamos las motos.
Había momentos que estaba a mas de 45 grados de inclinación, completamente salido del quad por un lateral y continuaba avanzando.
Al principio me acoj*nè un poco pensando: este se lo pone por montera. Mas tarde llegué a la conclusión que, o estaba loco, o era un maquina con este tipo de vehiculos.







Mas caminos muy chulos paralelos a un río completamente seco pero llenos de hojas y vegetación con colorido variado.



Nuevo reportaje en otra gasolinera y nuevo espectáculo que nos da el ANFITRION, al caerse de parado sobre el cemento.

Acto seguido nos encaminamos a una especie de crono o enduro indoor que nos habían preparado para nosotros.
Y en la misma, el maquina de Alex va y saca del quad una tabla de madera, un machete tamaño XXXL, un chorizo y una botella de vino. ¡Te cagas!, si al final me van a gustar mas los quads que las motos, ¡fijo!.

Cuneta haciéndose un jaco con la sx-65 de una niña, mientras el jabalì de Angelito sujeta la botella.

La niña convenciendo a su hermanita para que se subiese al quad.

El Boss, de ligoteo. Ya sabeis, preguntando aquello de: ¿estudias o trabajas?.

Y Vega, ¿dónde està Vega? … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … .. … .. … … … .. .. .. .. .. … .. … ¿a que se dedicaba el organizador del evento? … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … .. … .. … … … .. .. .. .. .. … ¿eh?, ¿eh?, ¿eh?… … … … … … … … … … … … … … … … … … … … .. … .. …… … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … .. … .. … … … .. .. .. .. .. … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … .. … .. … … … .. .. .. .. .. … … .. .. .. .. .. … … ¡a dar espectáculo por los suelos, has acertado!.

Ambiente y momentos de la crono.




Tartaruga, si no me equivoco, creo que es.




No os creáis que Alex se quedó atrás con su ATV. ¡Ya lo creo que no!. Sin lugar a dudas, fue el espectáculo de la crono nombrada.



El que esto os cuenta daría cuatro o cinco vueltas, siendo preciso la colaboración de mis compis para buscar los brazos que no recuerdo donde los perdí.
Siguieron montado un rato y nos encaminamos hasta el pueblo cercano donde degustamos una cervezas y unos pinchos.




Y con los estómagos repletos, volvimos a cabalgar en busca del lugar de salida que el reloj avanza deprisa tal y como suele ocurrir cuando te lo estás pasando D.P.M.


Esta para que la vea y disfrute Spax.
Que sepas que un tal Carma, anda tonteando por ahí con una moto de esas de la secta GG.

Últimos kilómetros antes de llegar donde intenté hacerle “la doce-trece” a algunos de mis acompañantes, sin conseguirlo.
Nota del autor: doce-trece dícese de cuando observas un charco y consigues meterte en él para salpicar al que te sigue y ponerlo de barro hasta las trancas.










Y llegamos hasta destino en total con 368’7 kilómetros en el marcador y los mismos con la moto en la entrepierna en dos días de Todo-Terreno estupendos.

Comida, ducha, cambio de ropa, cargar motos y bártulos, y despedida de estos amigos con los que decidí pasar un finde para no olvidar.




Me vais a permitir que termine este ladrillo dirigiendo unas palabras a la peña que acudió a esta “II Ruta del vino off-road”.
Y no me gustaría despedirme sin hacer mención especial, bajo mi punto de vista, a cuatro pilares sin los cuales esto no hubiese salido de la forma que ha salido: ¡fenomenal!.
Vega: gracias una vez mas por tu tiempo y dedicación en organizar esto para nosotros.
Anselmo: ¡ole tus 00, machote!. Un honor para mi rodar contigo, con tus años y tu moto de todo-terreno.
Vicente: gracias igualmente por chuparte la ruta en la furgo, en soledad y pendiente de todo lo que necesitábamos (incluido comprar tabaco)
Alex: gracias a ti también por ir en todo momento chupando todo el polvo del mundo cerrando el grupo.
A todos los participantes, sin excepción: un placer compartir campo con vosotros y gracias por esos ratos que me habéis hecho pasar.
Y, colorin colorado este cuento se ha acabado.
Asin ocurrió y ansina se lo hemos contado los días diez y seis y diez y siete del año dos mil y diez después de Cristo, fechas estas en las que tuvo lugar la “II Ruta off-road del vino” por tierras castellanas.
Abrazos para todos los participantes, saludos al resto, y